Cuando decides opositar, al menos, en un caso como el mío, que nunca lo había hecho, la mejor opción es buscar una buena guía y yo tuve la suerte de encontrarla.

Desde el primer momento, el personal de la academia y, en concreto, su directora Begoña Caparrós Palop, me motivaron a intentarlo, a pesar de que me incorporaba un poco justa para la convocatoria. Esos ánimos iniciales, cuando no sabes muy bien dónde te estás metiendo, a mi me ayudaron mucho.

Además, la academia cuenta con profesionales que te guían de forma aún más personal durante todo el proceso. Yo tuve la suerte de conocer a Laura Díaz Alonso, mi preparadora, que ha sabido guiarme, asesorarme, motivarme y adaptarse a mi ritmo individual de estudio, siempre sin presionar, pero ayudando a que el desgaste del proceso no hiciera mella en mí.

También destacar una característica importante de la academia y su equipo, que es la flexibilidad. En mi caso, que estudiaba en Madrid, pero soy de fuera, siempre me ayudaron a no perderme ni una clase, aún no estando en la misma ciudad, ofreciéndome alternativas y adaptándose a mis necesidades como opositora.

Gracias a todos estos factores que ha influido en mis meses de estudio, hoy puedo decir que tengo una plaza de Tramitación Procesal y Administrativa. He aprendido que, aunque parezca difícil, no es imposible y que con constancia, motivación y una buena guía, se llega muy lejos.»